La caída de la producción ha sido una constante en las dos empresas que fueron estatizadas por el Gobierno venezolano en los Valles del Tuy.
La primera fue la compañía francesa Lafarge, cuyo control lo asumió el Gobierno nacional en 2008, tras ser declarada de utilidad pública e interés social.
La planta de la empresa, conocida ahora como Fábrica Nacional de Cemento (FNC), continúa funcionando en el sector La Cabrera de Ocumare del Tuy, estado Miranda y, luego de la expropiación, ha presentado serias dificultades y números negativos.
Déficit de materia prima, problemas en las canteras, fallas con los equipos y el transporte, son algunos de los inconvenientes que ha enfrentado la FNC, desde su nacionalización.
Según sus trabajadores, la cifra de camiones que salían cargados de mercancía descendió de 700 a 100 y, casi todos son privados, pues la flota de vehículos de la cementera está dañada.
Manuel Zamora, comisionado de la Unión Bolivariana de Trabajadores (UBT), advirtió que la vida útil de esta empresa está a punto de expirar y atribuyó la baja producción a la falta de mantenimiento.
Destacó que la falla más reciente es el déficit de bolsas para empacar el producto final y la falta de ladrillos refractarios, que se usan en los hornos, no obstante, confía en que la situación mejore, pues recientemente, autoridades del Ministerio de Industrias Básicas inspeccionaron la planta.
“Se estima que a finales de agosto lleguen los ladrillos para poner operativos los hornos, que tienen un año paralizados”, señaló.
Acotó que durante el recorrido se verificó el estado de los 120 vehículos pertenecientes a la empresa, entre ellos gandolas y camiones. “Del total de unidades, 20 están en los talleres para reparaciones mayores como motor y caja, mientras que el resto necesita piezas como cauchos y baterías para operar”, detalló.
Es importante destacar que desde 2012 la baja de la producción cementera es una tendencia que se mantiene firme, aunque en el año 2015 alcanzó su punto más crítico, según un informe del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice Libertad), presentado a principios de 2016.
Lafarge fue estatizada tras las denuncias de violaciones a los derechos de los trabajadores, sin embargo, la inconformidad del personal se mantiene. Dotaciones de uniformes, horas extras, bonos de alimentación y nocturno son algunos de los beneficios que les adeudan. El mal funcionamiento del comedor, es otra de las quejas del personal.
La merma en la producción de cemento se ha traducido en la paralización de obras públicas y privadas. Los urbanismos que adelanta la Gran Misión Vivienda Venezuela han sido unos de los más perjudicados con el desplome de la FNC.
En los Valles del Tuy, conjuntos habitacionales como Lomas de Guadalupe y La Castiza, en el municipio Lander, y Las Tres Letras, adyacente a Las Juajuitas, en la autopista Charallave-Ocumare, esperan por ser reactivados.
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