Panorama

 

Con un volante como timón de su familia, Hugo León, de oficio taxista, sortea las necesidades diarias y quebrantos de todo usuario que le regatea la ‘carrerita’, y se queja de lo que significa vivir en una Venezuela con la inflación más alta del mundo, donde ya pagar un servicio de taxi se cataloga como un lujo y golpe certero al bolsillo.

Según proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicadas en su informe “Perspectivas Económicas Globales”, y divulgado el pasado mes de abril de 2016, los desequilibrios macroeconómicos de Venezuela se seguirán profundizando, y la inflación de este año en curso se ubicará cerca de 500%. El panorama arrojado por cifras oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV) no es para nada alentador, y según un informe difundido el pasado 18 de febrero por el ente gubernamental, la inflación acumulada en 2015 se ubicó en 180,9%, prolongando la recesión que comenzó a principios de 2014.

Hugo entra en la categoría de ‘bendecido y afortunado’, al contar con un oficio que genera ingresos diarios, y permite sortear las obligaciones de un hogar sin la dependencia de una quincena, sin embargo tal realidad no lo exime de padecer las carencias del venezolano de a pie. Su trabajo genera ingresos semanales de aproximadamente 80 mil bolívares, lo que le permite comer 3 veces al día en su casa, obviando salidas y gastos de restaurantes, y así estirar el dinero para los requerimientos del carro, al ser este la única fuente de trabajo.

“Trato de comprar semanal por lo menos las carnes, pero si saco cuenta de cuánto se gasta a diario entre desayuno, almuerzo y cena pudiera ser entre 10 mil y 15 mil bolívares, lo que vamos consiguiendo regulado lo vamos comprando pero la mayoría de las veces toca ‘bachaqueado’, y eso representa un gasto mayor”.

“Si se me daña el carro comemos fallo”, sentenció Hugo, quien entre carne y pollo gasta semanal un aproximado de 30 mil bolívares, que se traduce en unos 7 kilos para distribuirlos por cada día de la semana y llenar el plato suyo, de su esposa, un hijo que cursa bachillerato y una bebé de año y medio.

Los 80 mil bolívares ya bajan al piso de los 60, sin contar víveres y contornos para los almuerzos. “Compro semanal para la bebé un pote de leche que me sale en 4 mil bolívares y un paquete de pañales ´bachaqueados’, que me cuesta entre 4 mil o 6 mil. También compro arroz a 1.200 o pasta, y el plátano que también está caro, a 200 bolívares cada plátano”. Hugo paga la mensualidad del liceo de su hijo en 5 mil bolívares, mil bolívares de renta en el teléfono, mil bolívares del servicio de televisión por cable y 3 mil bolívares de luz.

“El pan de los desayunos y cena se compra en la tarde, porque no se puede comprar semanal, se pone duro, en panadería se van mil bolívares en puro pan, sin contar lo del queso, jamón o mortadela que ahí serían unos 2 mil más”.

“No estamos pasando hambre pero si bajamos las porciones, antes yo me comía 4 arepas ahora me como dos, el plato del almuerzo tratamos de acompañarlo con plátano o ensalada para comer más y llenarnos, aprendimos a balancear el plato para rendir la comida, eliminamos las vacaciones y las salidas de fines de semana, y las rumbas quedaron eliminadas”, cuenta Hugo (riendo para quizás no llorar) que cuando decide tomarse unos tragos lo hace en familia y dividiendo el gasto entre varios.

Los gastos de Hugo:

Ingreso semanal aproximado de 80 mil bolívares. Con ese monto que no es fijo debe gastar Bs 30 mil en carnes que promedia un kilo diario dividido para los 4 miembros de la familia y rendir la semana. Se le van Bs.10 mil en pañales y leche compra de pan interdiario para desayunos y cenas un aproximado de mil bolívares diarios en acompañamiento para el pan; arroz o pasta para el almuerzo, un kilo de cada producto por semana y un gasto de 10 mil bolívares semanales en frutas y verduras.

Hugo dispone de 17 mil bolívares para comprar productos básicos como jabón de baño y de lavar, crema dental, el desodorante y el champú. Con ese dinero disponible debe cubrir los costos del mantenimiento del carro e imprevistos, si paga colegio en esa semana cuenta con tan solo 12 mil bolívares, y si cancela los servicios de teléfono y electricidad se queda con 8 mil, obviando gastos de medicinas que surjan de acuerdo a un problema de salud ocasional, y los 180 bolívares semanales que invierte en la gasolina del carro.

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1 COMENTARIO

  1. Qué bien por Hugo que tiene para comer frutas y vegetales. En mi casa somos 4… la empresa donde trabajaba mi esposo (hasta el viernes pasado) se fué del país. Quieren aumentar el colegio de nuestros 2 hijos a 30 mil por niño mensual y a estas alturas no consigo cupo en otro lado. Trabajo en 3 sitios y sumo 27 mil (con cestatickets)… saquen ese cálculo allí… las tarjetas de créfito por las nubes. Somos clase media empobrecida y hay quienes están peor que nosotros.

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