Caracas. Dubraska Rojas es una docente que ya no puede ir una vez a la semana al Mercal que está cerca de su casa. Desde abril el consejo comunal del edificio donde vive le dice cuándo puede acudir a ese establecimiento.
Esta maestra que tiene dos chamos y reside en Caricuao pudo adquirir el día que le tocó un kilo de leche en polvo, un kilo de arroz y otro de pasta, una mantequilla y jugos. Su expectativa era llevarse algo más de cada rubro y conseguir otros productos como pollo y huevos, pero esa fue la oferta del Mercal. Para ella el mercado fue insuficiente.
Tras el nuevo sistema, comentó que “las ventas tiene que ser más frecuentes. No puede ser que cada 25 días se nos permita comprar los productos y que vendan poco de cada artículo. Comprar una vez al mes es imposible y más cuando se tienen hijos”.
La restricción que enfrenta Dubraska se debe que el Gobierno revisa el esquema de distribución de alimentos a través Mercal y en esa reorganización condiciona el acceso. A los locales que están operativos ahora se puede acudir una vez al mes cuando lo decida el consejo comunal y adquirir un kilo o un paquete de cada producto. Un trabajador de la red que pidió mantener su nombre en reserva contó que “las personas ya no pueden venir directamente. Aquí pasan si vienen con el consejo comunal”.
El procedimiento
En febrero el Presidente Nicolás Maduro anunció la restructuración de las redes de distribución de la Misión Alimentación (Abastos Bicentenarios, Mercal y Pdval) bajo el argumento de combatir la corrupción, el bachaqueo y que el Gobierno “no debe tener grandes supermercados”, y en ese marco, decidió que Mercal y Pdval tienen que trabajar con las comunidades.
En línea con los cambios, lanzó los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) para “la distribución casa por casa” de productos regulados, y en marzo los consejos comunales empezaron a repartir planillas a los habitantes de las comunidades para asignar bolsas de comidas. En esos formatos se solicitan los datos personales: nombres, dirección, tipo de vivienda, trabajo, número de personas que habitan en la casa, ingresos por persona y participación comunitaria. Luego que se da la información, los miembros del poder popular tienen que contactar a las redes de distribución y posteriormente llevar las bolsas a cada familia por un costo de 1.200 bolívares.
Adicional a las bolsas de comida, que no llegan con regularidad a todas comunidades, los consejos comunales también organizan las idas a los Mercales, y para ello elaboran listas que se envían a los administradores de los establecimientos que posteriormente notifican cuándo deben acudir las familias. Cada vecino recibe un ticket un día antes de la compra.
Por esta nueva modalidad, a los Mercales solamente van los residentes de las zonas donde están ubicados. Por ejemplo, los locales de San Martín tienen que ser visitados por los habitantes de la parroquia, si alguien que vive en La Candelaria quiere comprar en uno de esos comercios, lo rebotan.
Anteriormente, los ciudadanos podían comprar en cualquier establecimiento de Mercal los productos básicos según el número de cédula de identidad, y además someterse a horas de cola.
En un recorrido realizado por Crónica.Uno a los establecimientos en Caracas se evidenció que varios ya venden productos a las familias que llevan los consejos comunales y otros están cerrados a la espera de que se inicie el nuevo sistema. Por los momentos, los comercios ubicados en El Valle son los únicos que ofrecen productos de acuerdo con el número de cédula, aunque a las personas les asignan números para ir y esa entrega de tickets no la hace el local, sino personas de la comunidad.
César Henríquez es un comerciante que reside en San Martín que luego de comprar en el Mercal comentó que apenas le vendieron un kilo de leche en polvo, un kilo de pasta y otro de harina de trigo. “El consejo comunal me trajo, pero no conseguí todo lo que necesitaba, porque busco comida para mi casa y la de mi mamá”.
No llenó la planilla entregada por el consejo comunal, pero igual fue beneficiado del ticket para ir al local. “Los del consejo comunal son mis vecinos y decidieron no dejar a mi familia por fuera”.
César aceptó el ticket de compra de Mercal, porque semanalmente recorre los supermercados y no encuentra los artículos básicos. “El Gobierno está jugando con la dignidad de la gente. Esto no puede seguir así”.
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