Entre anécdotas, sonrisas y alguna lágrima que se apresuró en contener, Bob Abreu anunció ayer que vino a retirarse también del beisbol profesional venezolano.
Desde noviembre -no ha definido la fecha-, y alternando el jardín derecho con la función de bateador designado, se pondrá la camiseta de los Leones del Caracas para despedirse.
“Hoy anuncio mi retiro en Venezuela, lo hice en Estados Unidos como quería y ahora vengo a mi país a dar los últimos swings y a vestir el uniforme de los Leones por última vez”, dijo, emocionado. “Al beisbol venezolano lo voy a extrañar bastante”.
Su intención es jugar en cada uno de los estadios del circuito nacional, comenzando en el Universitario: “Quiero darle las gracias a la fanaticada de toda Venezuela por el apoyo, por cada aplauso y las cosas buenas que me ha hecho sentir. Puedo jugar dos o tres partidos por sede, todavía no hemos hablado de estar en el round robin si Leones clasifica”.
El 29 de septiembre pisó por última vez un campo de grandes ligas. Todavía revive los sentimientos que le embargaron al dar su último hit, la ovación que recibió en su despedida. Baja la cabeza y parece transportarse cuando alguien rememora el momento. Así le gustaría cerrar su paso por la LVBP.
“Mi último turno lo imagino dando un hit y llegando a la base, no me importa si es un sencillo o un doble, pero conectar como pasó en Nueva York”, comentó. “Vengo a disfrutar y hacer un buen trabajo, quiero ayudar al club a ganar partidos. Siempre he disfrutado este juego”.
Abreu se mantuvo sereno al hablar del adiós. Dice estar satisfecho de su paso por los campos de beisbol y si algo siente que le faltó fue ganar el MVP en Venezuela. Pese a mostrarse en paz con su decisión y su nuevo status, dejó espacio para la nostalgia.
“Del beisbol lo voy a extrañar todo”, aseguró. “Ganar, pelear los campeonatos, el momento en que vas al terreno. Son cosas que se viven siempre como si fuera la última vez. Me siento contento de todo lo que hice, me voy satisfecho. No llegué a los 3 mil hits, pero fui parte del club de los 30-30 y eso también tiene valor”.
La decisión, apuntó, no fue difícil de tomar. “Ya tengo 40 años de edad y no estaba jugando todos los días, era el momento para darle paso a la generación del futuro. Hay que entender cuando es el momento de decir adiós”.
De frente con Panteras
El futuro inmediato de Abreu parece estar claro. No está interesado en dirigir, pero le gustaría regresar a las grandes ligas como instructor de bateo. Ese sueño deberá esperar. “Tengo cosas que hacer, asuntos de los que debo ocuparme”, aseveró. “Soy dueño de un equipo de baloncesto en el que me meteré de frente. Este año me dedicaré a mis empresas”. Panteras de Miranda, anunció, busca un técnico, ha hecho contacto con importados y negocia cambios de jugadores nacionales.