Una fuente de “chacha”, el aguardiente georgiano elaborado en base a la uva, se ha convertido en uno de los mayores atractivos de la ciudad de Batumi, situada en el litoral del mar Negro, a unos 380 kilómetros al oeste de Tiflis, en Georgia.

Durante la temporada turística y sólo en fechas festivas, una fuente construida hace cuatro años cerca del puerto de la ciudad vierte durante diez minutos al día el famoso aguardiente.

A las 19.00 hora local, la chacha sustituye al agua en esa fuente y atrae a cientos de turistas que pueden probar gratis el exquisito vodka georgiano. “La chacha es el mejor de todos los tipos de vodka”, decía de este brebaje el dictador soviético José Stalin, oriundo de la ciudad georgiana de Gori.

El turismo al cálido país caucasiano ha batido todos los récord históricos entre 2000 y 2015, según datos de las autoridades georgianas.

Más de 2,1 millones de turistas visitaron el país entre enero y mayo, un 15,3% más que en el mismo período del año pasado.

Las vecinas Armenia, Azerbaiyán, Turquía y Rusia son los países que más visitantes aportan a Georgia.

El pequeño país del Cáucaso del Sur es de hecho uno de los destinos preferidos por los rusos, pese a la que guerra que enfrentó a Moscú y Tiflis en agosto de 2008 por el control de la separatista Osetia del Sur.

Los habitantes de Letonia, Italia, Polonia y Francia fueron los europeos que más viajaron a Georgia durante el período señalado.

DIARIO UNO

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