El delincuente, de 40 años, creyó que iba a ser fácil escapar de la Delegación Policial de Balneário Piçarras, en Brasil, pero terminó pidiendo ayuda a los gritos a los policías

Muchas celdas tienen el mismo agujero en la puerta. Tiene el tamaño justo para que pase una bandeja con comida. A nadie nunca se le había ocurrido escaparse por allí.

Sin embargo, un ladrón de 40 años que había sido arrestado en Balneário Piçarras, Santa Catarina, el lunes por la mañana intentó escapar por el hueco esa misma tarde. Como no podía ser de otra manera, terminó atorado. Desesperado, gritaba para que lo rescataran.

Los policías no lograban sacarlo, así que debieron llamar a los bomberos. Tras casi una hora de trabajo, tuvieron que cortar la puerta con una sierra para liberarlo.

El preso fue luego trasladado a la cárcel de Canhanduba, en Itajaí. Allí permanecerá a la espera de lo que resuelva el juez.

LA VERDAD

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