En Saint John’s, capital de la isla ártica de Newfoundland en Canadá, los hombres cuyos antepasados pescaban bacalao ya no van a los pesqueros. Han sustituido las redes por excavadoras, y los barcos por destiladoras de vodka. Son “pescadores de icebergs”: su agua es el ingrediente principal que se usa para fabricar uno de los vodkas más exclusivos del mundo. En los últimos años, el vodka puro se ha convertido en un negocio muy lucrativo y puede que el cambio climático sea el responsable:
Se dice que es el agua más pura del mundo, pues el hielo lleva acumulado en los glaciares de donde proceden los icebergs desde hace 25.000 años, cuando el planeta no conocía la contaminación. Su pureza es 10 veces menos ácida que el agua embotellada corriente.


Aunque no se ha establecido como una causa directa, el calentamiento global ha hecho que la producción se dispare en los últimos años.

Una tripulación de “pescadores de hielo” puede recoger hasta 1.000 toneladas de hielo de icebergs en un año. Alrededor de 1 millón de millones de litros de agua. Esta forma el 60% del vodka de la Canadian Iceberg Vodka Corp. La compañía produce en la actualidad alrededor de 200.000 cajas de botellas al año, muy por encima de los pocos miles que producían hace 20 años, cuando comenzó el negocio.


A las aguas de Newfoundland llegan entre 3 y 600 icebergs cada primavera, después de un viaje de entre 3 y 5 años. En los últimos años ha aumentado el número de icebergs procedentes del glaciar Petermann de Groenlandia. La nieve acumulada durante miles de millones de años se convierte en hielo compacto que desemboca en el mar en pedazos que alcanzan hasta 250 millones toneladas, el peso de 1.000 rascacielos.
