Holanda, un país donde las parroquias se usan para el culto pero también para acoger conciertos, fiestas y exposiciones culturales, se está quedando sin cristianos y las iglesias están perdiendo autoridad, poder vinculante y popularidad entre los holandeses.

Mientras que la población holandesa creció en 28 % entre 1970 y 2010, la secularización aumentó entre los holandeses. Una media de 267 personas abandonaron la religión cristiana cada día, lo que equivale a unas 100.000 al año. 

A la población holandesa le está desapareciendo a gran velocidad el interés por ir a las parroquias,

El número de holandeses registrados como seguidores de una de las denominaciones del cristianismo -católicos, ortodoxos y protestantes- se redujo en un tercio en la última década. En 2002, 43 % de los holandeses se consideraban miembros de una comunidad religiosa. Para 2016 la cifra se redujo a un 31 %.

Así, la Iglesia Católica Romana se enfrenta a un declive en su popularidad cada vez mayor. En los últimos 35 años el número de holandeses registrados disminuyó del 28 al 9 %.

En el otro extremo, los jóvenes de la comunidad protestante parecen estar más motivados a buscar orientación en su fe. Creen sin reservas en Dios, la Biblia y en una vida después de la muerte. Aunque el número de seguidores protestantes se redujo en más de la mitad, del 18 al 6 %.

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