En Venezuela hay 137 presos en cárceles o anexos militares acusados o condenados por traición a la patria y/o rebelión. De esa cifra, 86 son militares activos o retirados y 51 son civiles.

En un artículo de Sebastiana Barráez para Punto de Corte, se reseña que Venezuela bate récord en lo que a juicios por traición a la patria se refiere. Según el Código Penal venezolano, traición a la patria son delitos contra la independencia y la seguridad de la nación. Quienes lo cometan serán castigado con la pena de presidio de veinte a treinta años.

Quienes resulten implicados en cualquiera de los supuestos expresados en el Código, no tendrán derecho a gozar de los beneficios procesales de ley ni a la aplicación de medidas alternativas del cumplimiento de la pena. El artículo 129 del mismo Código Penal establece: “El que dentro o fuera de Venezuela, sin complicidad con otra nación, atente por si solo contra la independencia o la integridad del espacio geográfico de la República, será castigado con la pena de presidio de veinte a veintiséis años”.

Con la misma pena será castigado quien solicite, gestione o impetre, en cualquier forma, la intervención de un Gobierno extranjero para derrocar al gobierno venezolano. En agosto del 2017, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó “iniciar conjuntamente con los órganos del Estado competentes un juicio histórico por traición a la patria” contra los que estén incursos en la promoción de las sanciones económicas dictadas por los Estados Unidos.

Sectores de la sociedad civil y opositores al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, hacen constantemente fuertes señalamientos contra la Fuerza Armada Nacional, con expresiones de descalificación. Uno de los argumentos más comunes es asegurar que los uniformados sostienen al Gobierno ya que permanecen en su zona de confort gracias a los privilegios que reciben. Sin embargo, según Barráez, la situación en el mundo castrense es otra: “No es casual que sólo en las cárceles militares haya detenidos 86 oficiales, en situación de activos o retirados, señalados por oponerse al Gobierno”.

A esa lista hay que sumarle todos aquellos que están en las cárceles comunes y en las sedes de los cuerpos de Inteligencia: Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), como es el caso del general en jefe Raúl Isaías Baduel. En el establecimiento penitenciario militar (Deprocemil) en Oriente donde está, por ejemplo, el primer teniente José Ángel Rodríguez Araña, uno de los jóvenes militares que lograron fugarse en el traslado desde los tribunales a la cárcel de Ramo Verde, y donde falleció el primer teniente Rafael Arreaza. Allí hay 19 presos señalados por rebelión o traición a la patria, 17 son militares y dos civiles.

En el caso del Centro Nacional De Procesados Militares (Cenapromil) de Occidente, las cifras indican que hay 23 registrados por Traición a la Patria y/o rebelión: 13 militares, 10 civiles. Finalmente en la Cárcel de Ramo Verde, hay 95 detenidos por traición a la patria y/o rebelión: 56 militares y 39 civiles. Allí está el primer teniente Jeferson Gabriel García Dos Ramos, uno de los cabecillas del asalto al Fuerte Paramacay, pero no aparece el capitán Juan Carlos Caguaripano.

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