Un hombre de aproximadamente 70 años, que vivía en una casa de asistencia para adultos mayores, en Doylstown, Philadelphia, fue sorprendido por funcionarios por esconder debajo de su cama a, nada más ni nada menos que, una mujer de la vida galante.
Los encargados de mantener el orden en dicho lugar también descubrieron que este abuelo thug life había pagado los servicios de su acompañante gracias a que les vendió alcohol a los otros residentes del lugar.
El peculiar incidente se descubrió en el momento en que estaban revisando la renovación de contrato a los ancianos, a quienes trasladarían a otra estancia de reposo. El abuelo contrabandista era conocido porque aún tenía movilidad y se le permitía entrar y salir constantemente del lugar, situación que facilitó la venta clandestina de alcohol.
Al parecer no era la primera vez que esto sucedía, solo que en esta ocasión no contaba con la singular redada.
Así que no habrá más mujeres y alcohol en el asilo, pues el abuelo gángster ha sido descubierto.