Lisha Simpson es australiana, tiene 21 años y es artista. Sus manos se pintan a sí mismas, componiendo obras que luego postea en Instagram, donde acumula unos 14.000 seguidores. Fotografías sobre fondo negro, con partes de su brazo pintadas en negro para generar la sensación de que la mano flota, y diversos diseños, que simulan esqueletos, garfios y velas encendidas.

En Seúl, Corea del Sur, reside Dain Yoon, de 22 años y también artista. Su cuenta de Instagram ronda los 50.000 seguidores, por una razón similar a la de Simpson. En esta red social, presenta a su cuerpo como lienzo, generando ilusiones ópticas sobre su piel, desde un beso entre dos mujeres hasta simular camuflarse con la pared de fondo.

Ambas también muestran en videos y fotos publicados en Instagram y Youtube los “detrás de escenas” de sus tareas, mostrando el trabajo previo a estos bodypaintings o incluso los trabajos terminados.

EL OBSERVADOR

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