La firma de inteligencia Platts publicó ayer un análisis, “Factbox: Impacts of US sanctions on Venezuelan oil” elaborado por Brian Scheid y Herman Wang donde analizan las opciones de sanciones económicas en materia petrolera que pudiese tener el gobierno de Donald Trump para aplicarle al gobierno de Nicolás Maduro.
El lunes, el presidente Donald Trump amenazó con “fuertes y prontas” sanciones económicas contra Venezuela si el Gobierno de Nicolás Maduro sigue adelante con sus planes de formar una Asamblea Nacional Constituyente, cuyo proceso electoral está convocado para el próximo 30 de julio.
“Todas las opciones están sobre la mesa, todas las opciones están siendo debatidas”, aseguró un alto funcionario de la administración estadounidense, que dijo que esas acciones pueden ser impuestas antes del 30 de julio.
Analistas de la firma creen que la administración Trump probablemente dirija las sanciones a individuos. Sinembargo, dicen que las más efectivas probablemente apuntarían a las exportaciones de petróleo considerando que la energía representa aproximadamente el 95% de las exportaciones de Venezuela.
Una suspensión de las importaciones de petróleo venezolano afectaría no sólo a las economías de Venezuela y de Estados Unidos, sino que tendría también un impacto inmediato en los mercados internacionales del crudo.
El impacto en las refinerías estadounidenses tendrá que ver con la rapidez con que se apliquen las sanciones potenciales y de qué tan amplias sean, dijo Rick Joswick, director gerente de petróleo de PIRA Energy Group, una unidad de S & P Global Platts.
Si, por ejemplo, la administración anuncia que impondrá un impuesto de $ 2 a $ 3 dólares por barril a las importaciones venezolanas dentro de tres a seis meses, “entonces la gente se adaptará”, dijo Joswick.
Explica que si la administración estadounidense impone un impuesto aumentado de dólares por barril a las importaciones venezolanas dentro de tres a seis meses, entonces el mercado se adaptaría. Pero si la administración impone una prohibición total al crudo venezolano el 1 de agosto, el impacto será mucho más severo, dijo Joswick.
Debidos a las posibles sanciones al mercado petrolero venezolano, también se verían afectados otros mercados internacionales, como por ejemplo el Golfo de México tendría que encontrar nuevas fuentes de crudo pesado, puesto que Venezuela sigue siendo un proveedor clave del mercado estadounidense de refinación en la región del Golfo.
Según este análisis, en total 13 refinerías estadounidenses importaron crudo venezolano en 2016, según el U.S. Energy Information Administration (EIA).
Además, Venezuela fue el mayor exportador individual de petróleo con 795.000 barriles diarios a EEUU en el mes de abril de 2017, seguido por Arabia Saudita con 714.000 barriles diarios, según datos de la EIA.
El suministro de crudos medianos en Estados Unidos como el Mars también es limitado, ya que los recientes aumentos en la producción estadounidense han venido de los crudos livianos de lutitas.
“Estamos fuera de balance en este momento y las sanciones nos sacarían aún más”, dijo Joswick.
Si las sanciones se impusieran gradualmente, dijo Joswick, algunas refinerías preparadas para procesar crudo más pesado podrían empezar a usar más crudos medianos, mientras que las refinerías adaptados a crudos medianos podrían procesar crudos más livianos que ahora.
“Estamos fuera de balance en este momento y las “sanciones” nos harían perder el equilibrio”, dijo Joswick.
Si las sanciones se impusieron gradualmente, Joswick dijo que algunas refinerías situadas para producir crudo más pesado podrían empezar a usar más crudos medios, mientras que las refinerías de mediano nivel pueden operar crudos más ligeros que ahora.
“Tendrías un efecto en cascada” -dijo- “El efecto neto sería una modesta desoptimización del sistema refinador estadounidense”.
Sin embargo, si las sanciones fueran impuestas inmediatamente, el impacto sería “muy perjudicial”, dijo Joswick.
“Esas refinerías estarían luchando, comprando todo lo que pudieran, probablemente reduciendo sus corridas de procesamiento”, dijo, estimando que las corridas se reducirían en unos 400.000 barriles diarios durante dos meses a medida que el mercado reaccionara adaptándose.
Por otro lado la situación de Pdvsa se ve inmersa en medio de una investigación federal estadounidense sobre acusaciones de soborno y lavado de dinero que implican a la estatal venezolana.
También el Comité de Inversión Extranjera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos está investigando un acuerdo que otorgará a Rosneft el 49,9% de propiedad del refinador estadounidense Citgo si PDVSA incumple sus préstamos, complicando aún más las eventuales sanciones estadounidenses a Venezuela.