“Cuando estábamos parqueando las camionetas llegó un niño y nos dijo que a unos heridos los estaban sacando por otro lado“, indicó Sergio Marulanda, uno de los lugareños que cooperó con la evacuación de los supervivientes. El menor continuó con los fornidos y voluntarios rescatistas y pudieron sacar con vida a Ruschel y a otras cinco víctimas del vuelo que aún vivían.
La orden de que llevara consigo al misterioso niño de quien todavía nadie sabe nada más que su presencia, fue dada a Marulanda por un policía: “Usted es el primero en llegar, monte al niño en la camioneta y vaya a recoger a los heridos“.
Pero la de ese niño no habría sido la única aparición de menores en la impactante escena del siniestro. Otros testigos también aseguran que allí, entre los restos del avión de LAMIA y entre los cuerpos sin vida, había más pequeños que actuaban como socorristas.