“El miércoles tocaba la bolsa de comida por esta zona y esa familia no pudo comprar, porque no tenía dinero. Hoy se le quemó la casa y perdieron todo”.

Es una mujer con nueve meses de embarazo, además madre de cuatro niños menores; ella no trabaja, son de escasos recursos. “Son catalogados como de pobreza extrema”, comenta Vanesa Herrera, miembro de la comunidad Simón Bolívar, ubicada detrás de la sede de Transbarca, al oeste de la ciudad.

Todos los habitantes de la calle 2 del sector El Porvenir de la  comunidad, observaban cómo el ranchito de zinc de una sola pieza quedaba totalmente destruido y los enseres quemados. Al mismo tiempo estaban preocupado porque en el incendio dos de los niños resultaron quemados.

 

El hecho

Eran las 11:00 de la mañana y Rosa Elena Sosa (32), estaba en su rancho. Dentro se encontraban su hijo mayor de 12 años, los otros de 9, 5 y la niña de 4 años.

De pronto se escuchó un ruido y se comenzaron a propagar las llamas dentro de la casa. La dama, quien tiene nueve meses de embarazo, corrió. Al salir de la casa sus hijos quedaron dentro y ella, presa  de la desesperación, comenzó a gritar pidiendo auxilio.

Los segundos iban pasando y las llamas rápidamente arropaban toda la vivienda. El calor hizo que el regulador de una de las bombonas estallara, y el gas comenzó a salir.

La mujer, preocupada por sus hijos y en compañía de una tía de los pequeños, se metió a la casa y los sacó. El muchacho de 12 años y la pequeña de cuatro resultaron quemados.

Ella, del susto, sufría dolores y los vecinos no encontraban qué hacer, si atender a la mujer, a los pequeños o sofocar las llamas.

Un grupo de vecinos rescataron a dos de los niños y los trasladaron al ambulatorio de Las Tinajitas, mientras a los otros  se los llevaron a los abuelos. Ella también fue trasladada, relató Erika Rincón, otra residente de la zona.

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EL IMPULSO

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