“Estornudo de cuatro a cinco veces seguidas, todos los días o día por medio”, comenta Pablo Suárez, un estudiante de veterinaria que vive en Ciudadela, Provincia de Buenos Aires.
Y su amigo Esteban Lacurra confiesa: “Yo padezco de alergia desde los 27 años y ahora con 35 cada primavera es una tortura. Me detectaron una alergia específica al árbol del plátano, ese que llena las calles con un colchón de pelusa amarilla cada septiembre”.
Los fármacos habituales como la loratadina no lograron solucionar el problema de Esteban, que debió recurrir a los corticoides para mitigar su alergia, pero que no le gustan ya que tienen severos efectos secundarios.
En el Día Mundial de la Alergia, los especialistas explican que la predisposición para ser o no alérgico depende de factores heredados, y también a la exposición repetida a sustancias medio ambientales (alérgenos) como pueden ser los pólenes de plantas, el veneno de insectos, pelos de animales o algunos medicamentos, entre otros.
Y es que, como les sucede a Pablo y a Esteban, la alergia limita la calidad de vida, según los expertos consultados. “La alergia representa una gran carga social y económica, que incide en la vida social de los pacientes, en su rendimiento escolar y en la productividad en el trabajo”, explica a LA NACION la doctora Noemí Aída Coe, otorrinolaringóloga y alergista del Hospital Alemán.
Además, es común un proceso denominado la ´marcha alérgica`, por el cual pacientes con enfermedad alérgica por sensibilización a un sólo alérgeno (por ejemplo ácaros), en el transcurso de su enfermedad desarrollen nuevas sensibilizaciones.
Y según los organismos mundiales de salud, esta afección que se produce en el 30 por ciento de la población en grandes urbes, se duplicará en los próximos diez años.
“Los últimos estudios señalan a la contaminación atmosférica como uno de los principales causantes de este incremento, además del estilo de vida occidental, ya que pasamos la mayor parte del tiempo en lugares cerrados, con persistencia del hábito tabáquico, con aire acondicionado, en ambientes húmedos, provocando todo ello el crecimiento de hongos y ácaros”, agregó Coe.
¿Pero, qué es la alergia?
“Se denomina alergia al conjunto de alteraciones que se producen en el sistema inmunológico por una extremada sensibilidad del organismo a ciertas sustancias (alérgenos) a las que ha sido expuesto. La forma habitual de la alergia es la Tipo l, producida cuando el alérgeno (polen, ácaros, alimentos, epitelios de animales, hongos del medio ambiente, fármacos o productos industriales) se pone en contacto con su anticuerpo específico, como la inmunoglobulina, liberando luego de esa unión una sustancia química llamada histamina que produce la reacción alérgica. La misma puede afectar a los ojos (conjuntivitis), la nariz (rinitis, sinusitis), la garganta (faringitis, laringitis), los pulmones (asma), la piel (urticaria, eczema) y/o el tubo digestivo (diarreas)”, precisa el doctor Héctor Suli, médico alergista de la Clínica San Camilo.
El especialista afirma que además existe otro tipo de alergia que son las llamadas alergias por contacto, las cuales se producen en la piel por los llamados contactantes como son el níquel, tinturas, cosméticos o cromo. “Este se da por células sensibilizadas en la piel luego de cierto tiempo de contacto y materiales tales como los botones de jean, las cadenas, las cremas con antibióticos, el látex y hasta ciertos celulares, llegan a producirlo”, agrega Suli.
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