Trabajadores califican la realidad venezolana como un “espectáculo dantesco”. Mientras que las pequeñas empresas se vuelven vulnerables con costos añadidos, los empleados temen a una mayor inflación, publica La Verdad.

Los impactos inflacionarios que conlleva un aumento de salario mínimo asustan tanto a los empresarios como a los trabajadores. Esto en vista de que Miguel Pérez Abad, vicepresidente del área económica, anunció que es probable que en el próximo trimestre y antes del cierre de año se presenten ajustes en las remuneraciones de los empleados venezolanos.

El incremento en menos de un trimestre se diluye en las modificaciones en los precios al consumidor, afirma Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras. Y es que, en consecuencia, las empresas se ven obligadas a renovar sus estructuras de gastos para incorporar la nueva suma. Una acción que puede resultar cuesta arriba para las pequeñas y medianas empresas de país, que conforman el 80 por ciento del sector privado.

Martínez explica que el problema iniciaría si el mercado no les permite trasladar los costos agregados a sus precios. “Las pequeñas organizaciones son las que tienden a tener esa imposibilidad de absorción y a tener problemas de flujo de caja al corto plazo, hasta tener que cerrar empresas. Se ha visto el caso de que los aumentos también traen pérdidas de trabajos”.

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