Si los encargados de las compras en una empresa no reciben supervisión y deciden, para lucrarse, realizar compras que no resuelvan la situación que se requiere resolver, dejan abierta la necesidad de seguir comprando porque lo comprado no ha resuelto el problema. Esta suerte de trabalenguas es la dolorosa historia de Corpoelec. Quienes están encargados de comprar insumos y materiales para mejorar el sistema, compran mal o chatarra a fin de poder seguir recibiendo ese dinero que les engrosa grandemente sus riquezas personales.
Durante los primeros años de la década que está por concluir, elementos afines al gobierno de turno se enriquecieron con ese tipo de contrataciones, personas muy jóvenes, se hicieron milmillonarios antes de los 40 años (algunos antes de los 30) ya que les fue encomendada la compra de insumos y repuestos para mejorar el parque eléctrico nacional. Compraron chatarra, se enriquecieron y nunca fueron castigados por ello.
“La historia es tan buena maestra que si no aprendes la lección te la repite” y de nuevo ocurre una nueva estafa a la nación al adquirir transformadores que no sirven para ser usados en Venezuela pero, oh sorpresa, son compatibles con el parque eléctrico de Cuba y Nicaragua.
Ante esta realidad se pueden manejar tres hipotesis: En una primera instancia la compra fue hecha por personas que no conocen absolutamente nada de la industria pero igual les adjudicaron esa responsabilidad y es dolo contra el país. En un segundo término, se puede inferir que se pretenda usar para otras vertientes del sistema eléctrico nacional pero, al no servir de manera inmediata se convierte en una compra absurda e igualmente es dolo contra el país.
La tercera y más dolorosa opción es interpretar que Maduro está privilegiando la repotenciación de los sistemas eléctricos en Cuba y Nicaragua, sistemas para los cuales (¿coincidencia?) si son compatibles esos transformadores y nuevamente es dolo contra la nación.

La información se desprende de aseveraciones del empresario margariteño Jesús Veroes a una fuente confidencial empleada por el gobierno de EE UU en una corte de Miami y en la cual se asegura que Corpoelec adquirió, entre finales de 2016 y principios de 2017, 500 transformadores eléctricos que no pueden ser usados en Venezuela.
Veroes, quien está señalado por su presunta participación en una conspiración para lavar dinero y sobornar a funcionarios públicos en el extranjero, contó en una reunión efectuada en marzo de 2017 que “habían enviado 500 transformadores a Corpoelec, pero los transformadores no se podían usar en Venezuela porque solo eran compatibles con el sistema eléctrico de Cuba y Nicaragua“.
Con información de El Pitazo.